Para esta inmersión, anclamos entre los 14 y los 18 metros para que los bucedores de todos los niveles puedan acudir y mantenerse en la profundidad adecuada según su certificación.

Para los buceadores que tengan una experiencia intermedia (Open Water o similar) nos mantendremos en una plataforma sobre los 18 metros, donde veremos las famosas morenas escondidas entre las rocas.

Además disfrutaremos del resto de los habitantes de esta zona tales como rayas, obispos… A veces, si tenemos suerte, podemos también ver bebés de rayas.

Los buceadores más experimentados (Curso Avanzado), bajaremos desde la plataforma hasta el fondo arenoso, hogar de chuchos negros y de cola larga (rayas más grandes), mantelinas y, si es la temporada, tiburones angel.

Esta inmersión recibe este nombre gracias a la enorme cueva sobre la que se encuentra la plataforma.

Es muy fácil de localizar ya que una cruz marca la entrada. Debido a la peligrosidad de esta cueva por sus condiciones físicas, no está permitido entrar a la cueva bajo ninguna circunstancia. De todas formas, gracias a la amplitud de esta, podemos quedarnos en la entrada y observar el hogar de muchas de estas rayas que pasan el día acostadas en la arena en el vestíbulo.

En este punto hay diferentes recorridos que se pueden hacer: la plataforma, la entrada de la cueva, la estatua de la Virgen del Carmen (santa y patrona de marineros y buceadores), la estatua del delfín y la placa tributo a Jacques Cousteau