La cueva del zorro tiene este nombre porque solía ser el hogar de un tiburón zorro hace mucho tiempo.
Tristemente, esta criatura ya no está, pero nos gusta seguir llamándola así para recordarle. Aunque la definamos como una “cueva”, no se trata de una cueva real, sino más bien es un pasaje con varios puntos de luz y con salidas directas en todo el recorrido. Por ello, es un sitio ideal para visitar incluso sin poseer la especialidad de cueva.
Para ir a este punto de buceo, llegaremos con el barco y anclaremos a unos 18 metros (máximo) en los alrededores de la cueva. De esta manera, podremos echar un vistazo tanto por dentro como por fuera de la cueva, ya que hay muchos puntos interesantes para ver incontable vida marina. Si tenemos suerte, podemos ver al propietario actual de la cueva, un enorme y precioso tamboril espinoso (pez globo) que cuida su hogar. Además, podremos ver una gran cantidad de vida marina como meros de gran tamaño, abadejos, sargos, gallos cochinos (peces ballesta), langostas canarias y de antenas…etc.
Es importante saber que, para poder ir a este punto de buceo, las condiciones del mar tienen que ser impecables. Es muy fácil que haya corriente y los buceadores deben tener experiencia para poder disfrutar la inmersión.
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